sábado

La bella Habana

La bella Habana

De joven, la bella Habana era una mulata zalamera y voluptuosa. Con su andar confiado de hembra sabedora de sus dones, hacía perder la cabeza a todo aquél que se arrimaba a sus costas; a los que iban en busca de alguna otra cosa y se quedaban para siempre prendados de su encanto.
La Habana hermosa de aquellos años, relumbraba como pocas ciudades del Caribe. Podía haber elegido un buen partido, pero se casó con su mayor verdugo. Fue solo cuestión de tiempo que acabara desprovista de su gloria.
Desde entonces, Cuba se ha ido consumiendo en su tristeza, en su soledad de isla sola. Muchos de sus hijos se han marchado, han muerto en el camino muchos otros, mas ella sobrevive a su desgarro como puede.
Hoy que es una vieja desdentada, no sabe ya de tanto esperar qué es lo que espera...
Es tan triste contemplar una vejez de cerca, con sus achaques, sus arrugas, sus derrumbes. Con lo que ha sido La Habana, señores, con lo que ha sido...  y mira lo que nos queda de ella. Lo que nos han dejado.

domingo

Jaime Sabines

Jaime Sabines (1926-1999), el gran poeta mexicano, escribió "El peatón". Un poema que quizás nos haga reflexionar acerca del ego del escritor.

Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.

Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!

Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?

¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.

¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.

Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.

TURRONES AMARGOS

     Esta mañana al llegar al trabajo me han dado una mala noticia. A las dos y media despedirán a uno de mis compañeros. La in...