martes

En la mente de los escritores...



Hablando del proceso creativo, muchos son los escritores que reconocen tener doble personalidad, un "otro yo" que aflora en mitad de la escritura...

Borges mantenía una relación amarga con su "otro".
"Al otro Borges es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso mećanicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en la terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor.
Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Asi mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página".

Virgina Wolf escribió lo siguiente para avisar a las otras Virginias:
"Nota: desesperación ante lo malo que es el libro; no alcanzo a comprender cómo fui capaz de escribir semejantes páginas, y con tanta excitación; esto fue ayer: hoy vuelve a parecerme bueno. Escribo esta nota para advertir a otras Virginas que escriben otros libros que así es la cosa, ahora arriba, ahora abajo. Y sólo Dios sabe la verdad."

Bioy Casares dice que escribir es agregar un cuarto a la casa de la vida, tener más posibilidades que siendo sólo uno:
"Cuando yo era chico tenía la esperanza -contra todo lo que pudiera esperarse- de ser varias personas. Ser una sola persona me parecía muy poco. A medida que uno vive, se afianza el mismo maniático, el mismo nimio personaje. Esto se comprueba en los viejos, que tienen manías a la vista. No creo que haya riesgo de perder la identidad en la obra. La obra refuerza la identidad, la refleja, se parece inevitablemente al autor, porque el ego siempre está ahí. Ojalá que hubiera más diversidad en las obras, en el mundo y en nosotros".

Para Ernesto Sábato, la literatura es, como para Bioy, poder vivir otras vidas paralelas a las de uno mismo:
"Si la vida es libertad dentro de una situación, la vida de un personaje novelístico es doblemente libre, pues permite al autor vivir misteriosamente otros destinos, quizá el hecho fundamental que incita a escribir ficciones. en ellas, como en los sueños, el hombre puede vivir otras vidas y realizar ansiedades infinitamente frenadas por su inconsciencia. No es raro, en tales circunstancias, que si él es compasivo en su vida normal aparezcan en sus ficciones individuos despiadados y hasta sádicos; y si es un espíritu religioso, se manifiesten feroces ateos. Creo que en este fenómeno reside el valor catártico de la novela o el teatro".

Marguerite Duras también lo refleja de esta forma en su obra:
"Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella. De otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida".
 
Y como último ejemplo, Julio Cortázar, quien libraba consigo mismo este tipo de batallas:

"Trabajos de oficina"
Mi fiel secretaria es de las que se toman su función al-pie-de-la-letra, y ya se sabe que eso significa pasarse al otro lado, invadir territorios, meter los cinco dedos en el vaso de leche para sacar un pobre pelito.
Mi fiel secretaria se ocupa o querría ocuparse de todo en mi oficina. Nos pasamos el día librando una cordial batalla de jurisdicciones, un sonriente intercambio de minas y contraminas, de salidas y retiradas, de prisiones y rescates. Pero ella tiene tiempo para todo, no sólo busca adueñarse de la oficina, sino que cumple escrupulosa sus funciones. Las palabras, por ejemplo, no hay día en que no las lustre, las cepille, las ponga en su justo estante, las prepare y acicale para sus obligaciones cotidianas. Si se me viene a la boca un adjetivo prescindible –porque todos ellos nacen fuera de la órbita de mi secretaria, y en cierto modo de mí mismo-, ya está ella lápiz en mano atrapándolo y matándolo sin darle tiempo a soldarse al resto de la frase y sobrevivir por descuido o costumbre. Si la dejara, si en ese mismo instante la dejara, tiraría estas hojas al canasto, enfurecida. Está tan resuelta a que yo viva una vida ordenada, que cualquier movimiento imprevisto la mueve a enderezarse, toda orejas, toda rabo parado, temblando como un alambre al viento. Tengo que disimular, y so pretexto de que estoy redactando un informe, llenar algunas hojitas de papel rosa o verde con las palabras que me gustan, con sus juegos y brincos y sus rabiosas querellas. Mi fiel secretaria arregla entretanto la oficina, distraída en apariencia pero pronto al salto. A mitad de un verso que nacía tan contento, el pobre, la oigo que inicia su horrible chillido de censura, y entonces mi lápiz vuelve al galope hacia las palabras vedadas, la tacha presuroso, ordena el desorden, fija, limpia y da esplendor, y lo que queda está probablemente muy bien, pero esta tristeza, este gusto a traición en la lengua, esta cara de jefe con su secretaria.

sábado

El corazón entre las piernas



Dedicado a CUBA 

"El corazón entre las piernas": poema de Antonio Gala.

 Quien urge aquí es la vida, no la inmortalidad:
la vida, breve y rápida,
con sus manos de arena.
Nos llama desde las verdes palmas,
desde el mar incitante,
desde las nalgas prietas y las negras pupilas.
"Ahora", nos dice, y tiende
su copa de ron claro
llena de ritmo y ansia.
Quien urge aquí es la vida, no el amor.
Y fugaces
las caricias espesas,
el recíproco gozo
efímero y caliente,
la común aventura de la carne
bajo el árbol en flor.
Entre el aire impaciente,
bajo la sorda y muda tutela de los cielos,
quien urge aquí es la vida.

martes

De Flaubert a Colet



Leyendo Extractos de la correspondencia de Flaubert, me topé con esta carta a Louise Colet del 12 de julio de 1853. Genial, como todo lo que escribía él...

"He contemplado, no sin un cierto placer, mis espalderas destruidas, todas las flores despedazadas, el huerto patas arriba.
Viendo estos pequeños arreglos artificiales del hombre que la naturaleza ha trastocado en cinco minutos, he admirado el restablecimiento del orden verdadero.
Esos seres a los que nosotros atormentamos; árboles podados, flores que crecen donde no quieren, hortalizas de otros países, han encontrado, con este bufido atmosférico, una especie de revancha. Se trata de una gran farsa que a veces se desmorona.

¿Hay algo más estúpido que una campana de vidrio para proteger melones?

¡Estas pobres campanas también las han pasado canutas! ¡Ay, cuando siente la tentación, a qué fantasías tan poco utilitarias se abandona esta naturaleza sobre cuya espalda nos subimos y que explotamos tan despiadadamente, a la que afeamos con descaro, y que despreciamos con muy hermosos discursos! Eso está bien.

Por regla general se cree que la única finalidad que el sol tiene aquí abajo es hacer crecer las coles. De vez en cuando hay que volver a colocar a Dios sobre su pedestal. También él se encarga de recordárnoslo enviándonos, por aquí y por allá, alguna peste, el cólera, una conmoción inesperada y otras manifestaciones de la Regla, a saber, el Mal -contingencia que quizá no sea el Bien- necesario, pero que, a fin de cuentas, es el Ser: algo que los hombres consagrados a la nada comprenden muy difícilmente."

miércoles

La inseguridad del escritor



Gabriel García Márquez
Y dijo García Márquez: «Cuando yo terminé “La hojarasca”, mi primera novela, se la di a varios amigos, de esos que suelen ser muy críticos, y me dijeron: “Es muy buena, pero por supuesto no es una gran novela”. Deben haber notado algo en mi cara porque se apresuraron a añadir: “Ninguna primera novela es una gran novela.” Sufrí una desilusión tremenda; pensaba: “Ahora sí que me jodí, yo soy incapaz de escribir algo mejor que eso”. Sentía que el mundo se me venía abajo y no hacía más que repetir” Me jodí, me jodí...”».
Un alumno del taller de cine, dice: «Uno nunca está completamente seguro de lo que quiere hasta que lo hace. Y nunca está seguro de lo que hace hasta que lo ve montado».
Gabo contesta: «Eso es parte inseparable del proceso creador. No hay verdadera creación sin riesgo y por lo tanto sin una cuota de incertidumbre. Yo nunca vuelvo a leer mis libros después que se editan, por temor a encontrarles defectos que pueden haber pasado inadvertidos. Cuando veo la cantidad de ejemplares que se venden y las lindezas que dicen los críticos, me da miedo descubrir que todos están equivocados -críticos y lectores- y que el libro, en realidad, es una mierda. Es más –lo digo sin falsa modestia-, cuando me enteré de que me habían dado el Premio Nobel, mi primera reacción fue pensar: “¡Coño, se lo creyeron! ¡Se tragaron el cuento!”. Esa dosis de inseguridad es terrible pero al mismo tiempo necesaria para hacer algo que valga la pena. Los arrogantes que lo saben todo, que nunca tienen dudas, se dan unos frentazos... Mueren de eso»
Cómo se cuenta un cuento, taller de guión cinematográfico.

lunes

Capítulo 68 de Rayuela

El lenguaje del alma no necesita traducción. Grande, Cortázar. 


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

miércoles

Definiciones infantiles...


 César Bona, profesor de un colegio de Zaragoza, propuso a sus alumnos de entre diez y once años un juego en el que tendrían que definir una palabra y formar con ella una frase. He aquí una muestra del resultado.




















Más info en: http://verne.elpais.com/verne/2015/06/02/articulo/1433247989_521700.html

domingo

Cuestión de enfoque


 
Más allá de los disfraces y las caretas, detrás de todos los artificios que impone la condición social, la raza, la ideología o la religión, el ser humano comparte la misma esencia. Podemos enfocarnos en nuestras similitudes y tendremos un mundo gobernado por la tolerancia y el entendimiento. O podemos enfocarnos en nuestras diferencias y cada día encontraremos nuevos motivos para entrar en guerra. 
Una vez más, la decisión es nuestra.

lunes

A ritmo de tambor




A ritmo de tambor el tiempo vuela
penando los abuelos se despiden
llorando los recién nacidos llegan. 

A ritmo de tambor el tiempo pasa
bailando en la comparsa de la vida
unos vienen y otros marchan
todos quedan cual fantasmas
atrapados en la fiesta por un día.

A ritmo de tambor el tiempo suena
hueco como una sonaja vacía.

martes

El miedo




El miedo en algunos momentos puede salvarte la vida, pero la mayoría del tiempo es irracional. Levanta una cortina de humo a tu alrededor que parece sólida como un muro de piedras... y vas tú, y te confinas en esa cárcel imaginaria por tu propia voluntad... 
Mas todo tiene solución. Ármate de valor, confía y comprueba que no es más que un espejismo, que las paredes que te rodean no están hechas de ladrillos, sino de niebla y, a poco que te decidas, se disiparán.

TURRONES AMARGOS

     Esta mañana al llegar al trabajo me han dado una mala noticia. A las dos y media despedirán a uno de mis compañeros. La in...