martes

Poema a la sombra



Podría pasar horas sentada en tu cuerpo,
bajo la sombra de tu omóplato 
abrir el periódico
y que transcurra en ti mi tarde,
lenta como la de un jubilado.
Aquí, sentada en tu cuerpo
me vienen ideas
arrebatos de quedarme.
Podría formar parte tuya
con el tiempo, quién sabe,
llegar a ser un apéndice 
dispuesto a contribuir
con tus íntimas funciones.
Ser algo básico,
simple como una célula, 
útil como un par de riñones,
pero algo elemental
de lo que prescindir constituyese un riesgo;
una muerte segura.
Janet Guerra

2 comentarios:

  1. Janet, lo había leído en Prosófagos, pero raras veces me hago tiempo para recalar en Poesía.

    El caso es que me gustó muchísimo y ahora, que lo vuelvo a leer aquí, me gusta más todavía.

    Ya los tres primeros versos... !hermosos!

    Abrazos,
    Esther

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  2. Esther, es un placer tenerte por aquí. Gracias por comentar el poema... si haces un huequito podrías pasarte más a menudo por la poesía de Prosófagos, hay cositas muy interesantes.
    Saludos
    Janet.

    ResponderEliminar

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