miércoles

La Habana de cumpleaños


La Habana está de fiesta, celebra su aniversario. 497 son muchos años para quien tiene tantos achaques y a duras penas se aguanta en pie, no solo por el paso del tiempo y los ciclones; la dejadez, sea por unas u otras razones, también ha causado estragos.
Un día como hoy se estableció la Villa de San Cristóbal. Es costumbre dar tres vueltas alrededor de la ceiba del Templete donde se celebró la misa fundacional en 1519, al tiempo que se pide un deseo y se lanza una moneda. 
Acuden muchos a la cita, ciudadanos con fe en que las cosas mejoren. Unos piden salud, otros dinero, viajes al extranjero, negocios prósperos. No falta quien va más allá en sus demandas y pide un milagro que mantenga firmes las paredes de su casa en medio del descalabro generalizado que vive no solo la capital, sino la isla entera.
Es un día de optimismo. La ciudad aplaude los discursos esperanzados de sus historiadores, los artículos lisonjeros que le dedica la prensa, los minutos de protagonismo que el telediario le concede. Pero como viene siendo habitual, toda esa bulla queda en buenas intenciones, en un cuidado que llega demasiado tarde, que avanza demasiado lento.
La Habana se está cayendo y ahí está el Templete, los edificios coloniales, los palacios y las antiguas fortalezas que han tenido la suerte de conservar parte de su gloria, y sin embargo, son testigos silenciosos de la notoria decadencia que los circunda. Por más que la declaren una de las siete ciudades maravillas del mundo, qué duda cabe, La Habana es una ciudad de contrastes. A pocas calles de un edificio restaurado hacen equilibrios las fachadas sin interiores y los interiores sin fachadas: esqueletos de cemento a un soplo de venirse abajo. Cohabitan en el mismo nicho la Habana de los turistas y la Habana de los horrores y los derrumbes. La sucia y la rica. La bella y la vieja. La disoluta y la santa. Llegada esta fecha, cada una celebra lo que puede. Ojalá que este año los habaneros cumplan todos sus deseos... Que ya les toca!



TURRONES AMARGOS

     Esta mañana al llegar al trabajo me han dado una mala noticia. A las dos y media despedirán a uno de mis compañeros. La in...